Viajar en buques de carga es otra tendencia para un segmento minoritario de viajeros que buscan una forma completamente alternativa de recorrer el mundo en porta-contenedores.
A través de este turismo, el viajero puede llegar a cualquier puerto importante del mundo donde se desembarque mercancía.
Este viajero busca una experiencia diferente, para lo cual debe adaptarse a la rutina marinera, ajustarse a los horarios de carga y descarga de la mercancía portuaria, tener mucho tiempo libre en el camarote, e incluso sorpresas en la ruta inicialmente prevista, por condicionantes de la climatología o de la propia carga. Además, podrá conocer las entrañas del barco, y convivir con una tripulación, generalmente, muy reservada.
La gestión de estos viajes se desarrolla a través de agencias especializadas exclusivamente en el turismo en mercantes. Trabajan con las principales compañías de carga de todo el mundo que cuentan con buques que han habilitado unos pocos camarotes para acoger a estos turistas alternativos. Algunos de estos barcos pueden disponer de pequeños gimnasios, saunas y piscinas climatizadas. Los pasajeros llegan a pagar hasta nueve mil euros por un viaje que a veces se prolonga durante más de seis meses.
Alemanes, suizos, franceses e ingleses están siendo los principales demandantes del turismo en buques mercantes. En España la naviera OPDR es la única compañía que dispone de dos barcos de carga con tripulación española: el OPDR Cádiz y Las Palmas.
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