Desenlace de la última historieta de Roi, el viajero manitas.

Ultima parte. ¡Ahora SI, finito !

.- ¡Hola!

.- ¡Hoooolaaaa!

.- ¡Hooolaaaa, ¿hay alguien ahí?

¡Cielos! mis miles y miles de seguidores y seguidoras están ahí esperando estas cortas líneas de un viajero, bricolador, y poeta mediocre. Compañeros y compañeras no caeré en la desesperación, os voy a dar caña, aquí estoy de nuevo.

Supongo, que una vez atrás Fitur ( para los profanos y profanas, Feria internacional del turismo que se celebra en los Madriles) ya solo quedan las vagas imágenes de miles y miles de agentes, directivos y chupópteros de viajes que han pululado por los pabellones (y sobre todo bares) dejando vacías las estanterías de todos los stands. Esto es reciclar, pues uno se puede llevar a casa una docena de catálogos de hoteles y agroturismos del año 1.987

Siempre me ha llamado la atención y es curioso, porque la mitad de los folleteos, quiero decir folletos, lo único que hacen en la mayor parte de los casos es migrar de un lugar a otro como los Ñus en el Serengueti, es auténtica magia, van a parar de la estantería o mostrador del Stand de Zambia directamente a las papeleras ubicadas estratégicamente en el recinto ferial, en la Avenida de las Américas / Campo de las Naciones.

Otro tema curioso es el objeto o elemento inútil del año, que lo regala alguien y lo lleva todo el mundo, puede ser algo tan simple como una cinta de colgar del cuello con una combinación de colores que mataría todas las leyes cromáticas. Ese artilugio infernal dispone de un gancho o varios donde uno pueden enganchar distintos elementos, pase de Fitur, foto de la novia o novio, navaja multiusos, GPS, teléfono o teléfonos, incluso todos los elementos juntos, la verdad es que estas cintas colgadas del cuello de los amables visitantes reflejan el carácter de cada uno “dime lo que te cuelga, ejemmm y te diré como eres”. Otro de los  elementos clásicos es el gorrito que cierta comunidad autónoma regala a todo aquel o aquella que pasa a una distancia mínima de 20 metros del pabellón.

¡Atención Roi se te está yendo la olla! de Fitur y su sociología y sus personajes hablaremos en la próxima cita.

¡Uhmmm! Ya está aquí, comienza la temporada de los CalÇots (Cebolla tardía de Lleida). Dice la leyenda que un campesino de finales del siglo XIX de la zona de Valls preparó a la brasa unas cebollas, se puso a darle al palique con la vecina y estas cebollas se quemaron, ansioso que estaba el labriego, las pelo y descubrió que el interior estaba muy tierno y sabroso…el resto a vuestra imaginación. Así que recomendación del mes, pasaros por tierras catalanas y disfrutar de una calÇotada, cebollas, salsa romesco, butifarra, cava….diosssss que placer.

Ahora me acuerdo, acabábamos de pasar el penúltimo control de embarque y haber realizado una flash movie y pasarme el teléfono con la inquieta pasajera “x”

¡Bien! estamos ya dentro, todos juntos, sin bajas, sin faltas de material y con unas enormes ganas de comenzar nuestro viaje.

Para celebrarlo decidimos por minoría apabullante tomarnos unos vinillos en los bares del interior, nos lanzamos al trote sobre el primero que vemos, evidentemente el nombre del bar es de sobra conocido, os doy una pista, ni se llama Paco, Txoko, Jose Mari o…..es el nombre bien conocido de una de esas estupendas franquicias donde todo es aséptico y todo está regulado.            ¡Da igual, estamos de bakatas!

Tomamos sitio al asalto, entre maletas, tíos rezando, otro hablando por teléfono con un amigo del Beluchistán,( no es que éste humilde cronista sea cotilla, ni me interese de donde es el tipejo, pero por el nivel de volumen que utiliza no hace falta ser detective para conocer su vida y milagros). Ante el despiste tropiezo con una maravilloooosa maleta rosa palo de Hello Kitty y caigo de bruces sobre una pasajera que en ese momento saborea un smoothie detox de apionabo con espinaca, el liquido elemento cae sobre ella y la onda expansiva llega a las mesas colindantes, los amigos desde el otro lado de la barra corean el Ohé ohé ohé, aquí un presente rojo cual smmothie de grosella y cereza levanta la mirada lentaaaameeeente y mis ojos se pierden en la compañera afectada por el incidente, su pelo verde( jolines con el smoothie de espinaca), antes rubio, su blusa antes blanca, ahora verde con distintos matices, algo así como una blusa de camuflaje, en fin ya no, no. no…sé dónde mirar, levanto la vista y veo que ella despeja lentamente el pelo de su cara y saca suavemente la lengua, como cuando una víbora sale de su madriguera y relamiendo los restos del puñetero batido me dice:

.- ¡Tu! tu otra vez.

.- ¡Leches!, pero si es de nuevo la inquieta pasajera, madame “x”

.- Ejemmm, ¡si yo de nuevo!, mira, es que…perdona, ufff.

.- No te preocupes, la culpa ha sido mía, por dejar la maleta en mitad del pasillo

.- ¿Te puedo ayudar en algo?

.- ¡No gracias!

.-Bueno,¿ entonces aceptas que te invite a un Detox?

.- Ok

Me encuentro con el resto de la tribu, que miran estupefactos mi nueva forma de ligar, a su vez les noto indignados, en todo el aeropuerto no han podido beberse ni un solo vino, o te compras la botella o naaaa de naaa y a un precio de reserva 50 años, así que  nos hacemos unas rondas de franqui smoothiee detox y al aeroplano.

Bueno por fin estamos todos y todas.

Nos ponemos en la cola billete en mano, Pasaporte, DNI, Cartilla de Nacimiento, libro de familia, etc.

¡Stiasssssss! ¡el pasaporte! Se ha quedado en casa……….

Proverbio del mes

Lo primero que hay que hacer para entender a un nuevo país es olfatearlo”. – Rudyard Kipling

Roi desde mi antro favorito. Besos.