Por fin tenemos la segunda parte de la aventura que nos empezó a contar Roi de uno de sus últimos viajes.
Segunda parte ( finito… )
Ufffff, esta vez llego tarde a la cita, menos mal que no es un vuelo, si no me quedo en casita cuidando los Geranios, o dicho científicamente los Geranium.
Llegan los calores y como cantaba Radio Futura, mítico grupo de los 80:
“Vamos a la escuela de calor, donde las chicas (añado genero a la lista) y los chicos desnudan sus cuerpos al sol” a disfrutar y a viajar.
Y a para vosotros y vosotras a conseguir que el personal salga y viaje, disfrute, y vuelva para contrataros nuevos servicios , que la vida es laaaargaaaa.
Esta vez, pero solo esta vez, os dejo sin mi recomendación mensual sobre un sitio a visitar y dedico unas breves líneas a aquellos y aquellas que en estas vacaciones en vez de turrar su cuerpo al sol o hincharse a paellas se dedican a cuidar a los demás, y hago esta recapacitación acordándome de quienes lo han dejado todo para irse a Grecia a ayudar a aquellos que escapan de un futuro incierto o casi diría yo negro, a estos tipejos y tipejas que lo único que piden son días de vacaciones para desplazarse allí donde sea necesaria su ayuda les digo : ¡Zorionak denori! ¡felicidades a todos y todas!
Pero en muchos de estos casos es inevitable pasar por algún aeropuerto, si que continuamos con el relato publicado hace unos lustros. Ejemmm….
¿conseguiré pillar el vuelo? En este punto lo dejamos.
Con valor me acerco al punto de control, al fondo diviso las temidas maquinas devoradoras de maletas acompañadas por un pequeño ejército de señores y señoras uniformadas que lo controlan todo ”por nuestra seguridad”
.- Uhuuuuyyy, antes de ser devorado y para mi seguridad será mejor pasar por el Toilette, WC …. Para quitar presión, ya que a la entrada se divisa un pequeño embotellamiento y puede ser que a mitad de camino entre el control A y el J puesss… me de un aflojamiento de tensión y tenga que regresar y comenzar la cola de nuevo.
.- Me digo, Roi, adelante que tu puedes, Cheking list personal.
- ¿Tablet?
- ¿Navajas?
- ¿Líquidos inflamables y los que no lo son?
- ¿Rosquillas del pueblo?
- ¿Preservativos en almíbar?
- ¿Gel de ducha de super de menos de 5 litros? ¡Es que como estaba de oferta!
- ¿Gachets varios?
- ¿Bota de vino?
- ¿Pasaporte?
- ¿Martillo, clavos, taladro de tres velocidades?
- ¿Billetes varios?……¡qué tensión!
Creo que me he deshecho de todo lo que sea susceptible de ser “amablemente retirado por mi seguridad”
– Supppp, Suuupppp. ¡adentrooo!
Control A:
– ¡Señor, ¿billete por favor?
Con mano temblorosa rebusco entre los mil bolsillos de la mochila, mañanera, chaleco safari….
-¡No está! Sssstisss……..
Con paciencia y respiración contenida, eso si bien peinado, repaso de nuevo todos los recovecos, el canalla de él sigue sin aparecer, sudor frío, pálpito acelerado, sensación de picor en los sobacos, las manecillas de mi reloj Trollex giran a una velocidad que ni las aspas del rotor del avión, ya decelerado( en estos casos de pánico, no se porque, siempre me entra el hambre) saco el sándwich de sobrasada y queso y le asesto un mordisco ante la mirada estupefacta del personal de seguridad y de repente:
– Eureka, Viva, Gora, arriba, ¡mi billete!
El canalla de él se había colado entre la sobrasada y el queso, al morderlo pues…allí estaba, misterios de la ciencia (tercer milenio).
Todavía con la boca llena y con algún trocito de pan sobresaliendo por la comisura de los labios:
– Xenga sniol el biete de trosportee aerio.
Torva mirada a mi persona, como si yo fuera el máximo de los saboteadores aéreos del país, o el culpable de su bajada de sueldo.
-Pip, Pip, meck, pip, pooooo.
-¿ Señor se puede retirar un momento?
– Perdone, excuse me, ¿pasa algo?
– Parece ser caballero que la máquina controladora de controles controlados, no puede leer el código “Q” de su billete y no puede de momento acceder a la sala de control B.
– ¿ Queeeeee?
– Tranquilo caballero, vamos a intentarlo de nuevo, no se preocupe.
– Piiip, piiiip, pooooo.chofff.
Mis picores van en aumento y de la axila ya pasan a las orejas, que se ponen coloradas como langostinos cocidos.
-Señor, creo que tenemos un problema informático, ¿me deja su pasaporte?
– Ehhh.. no será que el problema está en esa manchita de aceite de la sobrasada que reposa justo encima del código ”Q” y no deja a la máquina leerlo?
– ¡Imposible caballero! Pero… vamos a probar, ¿tiene un pañuelo de papel?
– Pi, pi, piii
-Pues el caballero tenía razón ya puede pasar
Aleluya, prueba superada, pasamos al control B y está claro que estas maquinejas no están preparadas para la sobrasada.
Ella me mira, yo le miro, los dos solos, frente a frente, me abre la boca, saca la lengua y….
– Caballero, por favor quiere quitarse el cinturón, las botas, dejar la tablet en una bandeja, el reloj, el cepillo de dientes, ¿líquidos? ¿drogas? ¿prensa? Calcetines ¿limpios?
– Si, claro
Ella sigue mirándome, lascivamente, deseando que introduzca la maleta en su boca,delante de mí se encuentra una bella viajera que está sufriendo la misma situación
– Señorita, ¿líquidos, jamón curado, reloj….cinturón?
En ese mismo momento y ante mi asombro, la inquieta pasajera se desata el cinturón para depositarlo en la correspondiente bandeja y la florida falda cae al suelo por efecto de la gravedad mostrando su fina lencería a todos los presentes. Aturdido, miro a un lado y veo la maquina que quiere devorar mi maleta, frente a mí, la inquieta pasajera que me guiña un ojo, como diciendo “tranqui Roi no pasa nada” En el otro lado un joven que presencia la situación y pensando que se trata de una *Flash Movie se baja los pantalones, el personal se va animando hasta quedar todos los presentes en ropa interior, incluido un agente de la autoridad que subido a un taburete con porra, gorra y calzoncillos de fina seda en ristre va dándonos paso al ritmo del himno nacional de Beluchistán . I.M.C.E
Uffff por fin ya estoy a punto de embarcar en el avión, pero eso será en el próximo capítulo, By By colegas.
Proverbio del mes
“Cuando viajas, recuerda que los países extranjeros no están diseñados para que te sientas cómodo. Están diseñados para que su propia gente se sienta cómoda”. – Clifton Fadiman
Roi desde mi txiringuito
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